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CASI TODO EL MUNDO DEJARÍA SU TRABAJO SI PUIDERA.

SI ES TU CASO, ENTRA GRATIS EN MI LISTA DE WHATSAPP

Hay estudios que dicen que en el transcurso de tu vida pasarás 5 años abriendo publicidad enviada por correo, dos años devolviendo llamadas sin conseguirlo y cinco años haciendo cola.

Por eso respeto tu tiempo tanto como el mío. Es nuestro bien más preciado.

Cada día envío envío un audio de WhatsApp  (breve) donde comparto reflexiones y conocimiento para que puedas dedicar tiempo a ganar dinero. 

**Puedes indicar tu país (por ejemplo: España) o el prefijo +34 

Responsable de datos: Jair Barragán. Destino: Lista difusión para WhatsApp. Derechos:Acceso, rectificación, supresión, anonimato, portabilidad y olvido de todos tus datos. Al hacer clic abajo para enviar este formulario, reconoces que la información que proporcionas será procesada de acuerdo con nuestra Política de Privacidad. Puedes tener total tranquilidad, nunca venderemos tus datos a nadie y solo se utilizarán para el fin que se pide. Y por supuesto puedes irte cuando quieras.

VENDO CURSOS EN PAPEL

Todo empieza con la formación.

En el colegio aprendiste a hacer raíces cuadradas, los afluentes del Amazonas y a obedecer.

Ahora llegas a fin de mes 3 días después de que te ingresen la nómina. Y ni siquiera sospechas como se hace una raíz cuadrada.

Puedes cambiar lo que quieras: el trabajo, tu cuerpo o la cantidad de dinero que tienes en el banco. Es decir, las cosas importantes, pero nadie te enseñó como hacerlo.

 

Me llamo Jair.

Soy la persona detrás de la marca y la voz detrás del audio.

Veo en Internet cada día montones de promesas absurdas.

Cada vez mejor diseñadas, explicadas en videos  más profesionales…y con mensajes más persuasivos.

Pero que no venden más que fantasía.

Yo no hago promesas.

Me limito a avanzar. Cada día un poco. Pase lo que pase. Sin excusas. Y comparto lo que aprendo cada día a mi lista privada de WhatsApp.

Puedes entrar. Es gratis. Y por supuesto, también puedes irte cuando quieras. Sin explicaciones.

TU ATENCIÓN VALE DINERO

Todo el mundo compite por captar tu atención.

La televisión quiere captar tu atención. Todas las cadenas quieren que las elijas.

La radio también quiere que la escuches. Tienes a tu disposición miles de emisoras de todo el mundo a tu alcance. 

Los cantantes también te quieren. Los consagrados y los que empiezan.

Youtube suma más de 300 horas de video cada minuto. 

Instagram, TikTok, Pinterest, LinkedIn y demás tienen publicaciones infinitas.

¿Te gustan los podcast?

Casi me olvido de Netflix, HBO, Apple TV+, Amazon Prime, Disney+, Filmin, SkyShowtime…Pero…¡¿Cuántas plataformas hay ya?! 

Sin olvidar los millones de libros que hay escritos.

En la última década, el entretenimiento, se ha convertido en un bien infinito que llevamos en el bolsillo en todo momento. 

Pero los días, siguen teniendo 24 horas.

Y esto genera un problema.

Porque con distracciones infinitas que nos acompañan a todas horas, nos hemos convertido en seres distraídos de manera permanente.

Y ya no tenemos tiempo para pensar.

Y como no tenemos tiempo para pensar…no lo hacemos.

Pero la vida pasa.

Y lo hace cada vez más deprisa, porque  no hay aburrimiento, que era lo único que  hacía que los minutos pasaran más despacio.

Pero pensamos que el aburrimiento es malo, cuando es…o era… una bendición.

El aburrimiento nos hace pensar.

Nos permite planificar.

Nos vuelve creativos.

Pero yo no quiero que te aburras.

Con que te ocupes de tu vida me conformo.

El primer paso para que lo hagas es que entiendas que cuando pones tu atención en una canción, en una serie, en esa red social o incluso en un libro…estás poniendo tu atención en el contenido de otra persona.

Si lo haces de manera coherente será algo bueno.

Si lo haces, como la mayoría de gente, será nefasto.

Nadie nos ha enseñado a gestionar el entretenimiento infitino y por eso no nos queda tiempo para ocuparnos de cosas tan importantes como nuestro  tiempo y nuestro dinero. 

O dicho de otra manera, no nos queda tiempo para ocuparnos de nuestra vida.

Pero yo sé como hacerlo.

Y tengo dos poderosas razones para ello.

La primera nació en la primavera del 2009 y la segunda en el invierno de 2011. La primera razón se llama Abril, la segunda, Noa.

Dos hermosas niñas que han estudiado toda su vida…¡¡¡En la escuela pública!!!

Su madre y yo dedicamos mucho tiempo para esta elección.  Y es cierto que es una escuela especial y con un proyecto educativo que nos gustó (y nos gusta) mucho.

Pero hay lagunas.

Lagunas importantes.

Vacíos educativos de los que, o suples de alguna manera, o cuando te haces grande, también te haces pobre.

Y yo no podía permitir eso.

De ninguna manera.

Imposible.

No si respiro.

No si mi corazón todavía late.

Entonces me di cuenta de algo que me gustó. Descubrí que tengo una habilidad especial para gestionar dinero, para organizar cualquier cosa y para observar*

(He puesto un asterisco a observar porque tiene mucha coña la cosa, luego te cuento)

Así que creé los cursos de las cosas importantes que nadie iba a enseñar a mis hijas. Unos conocimientos que o se tienen o te condenan (con toda seguridad) a vivir a la luz de la vela y con la nevera vacía.

El resultado (bajo mi punto de vista) es increíble.

Son unas formaciones sobre todo aquello que les quiero enseñar a ellas. Sobre las redes sociales, sobre el dinero, sobre el trabajo y sobre la vida.

No son formaciones para niños.

Pueden ser (muy) útiles aunque tengas más de 125 años. Pero las entenderás aunque seas muy joven porque están escritas con un lenguaje claro, directo, sencillo y honesto.

Puede que pienses que todo esto no son más que argumentos de venta para alcanzar a cuanta más gente mejor.

Pero no es así.

Aquí no vas a encontrar ningún botón de grande de color rojo que te incite a la compra.

Ni rojo, ni verde ni pistacho. No hay botón de compra.

Porque no me interesan las compras compulsivas.

Solo puedes comprar si estás en mi lista. Si me dejas tu e-mail para que te escriba.

Si no, no. Así de fácil.

Mi prioridad es que mis clientes sepan muy bien lo que compran, no su dinero.

Cuando el producto es (muy) bueno y no te hace falta el dinero te puedes permitir estas cosas.

Además, los cursos son en papel, así que tendrás que esperar 2 o 3 días laborables hasta que lo recibas. Eso si vives en España. Si vives fuera serán unos 10 días.

Eso no debería preocuparte, su contenido no caduca.

Ni en diez días, ni nunca.

Te lo aseguro.

POLÍTICAMENTE INCORRECTO

En mi época de estudiante me aburrí bastante. Entonces pensaba que era normal. Ahora no me lo parece.

Aunque mis notas siempre fueron más bien…«modestas»…lo cierto es que desde muy pequeño tuve mucho interés en todo tipo de conocimiento. Me gustaba saber cosas. Por lo menos cosas útiles. Siempre me interesó la biología, la nutrición, la psicología, la filosofía…

Sabía que todo eso podía serme útil en la vida.

El problema es que muchas otras materias no se basaban ni en mis intereses ni en mis habilidades, sino en memorizar chorradas y en robarme energía obligándome a estar sentado durante 6 horas al día.

Los niños tienen que correr, saltar, caerse, gritar y trepar por los árboles. Porque el movimiento es energía, salud, fortaleza y confianza.

Y seguridad.

Y la seguridad es la ausencia de miedo. 

Pero en lugar de enseñarnos a ser fuertes y valientes, nos enseñan los afluentes del Amazonas.

Entonces crecemos débiles.

Nos volvemos sedentarios. Engordamos y baja nuestra autoestima. Enfermamos y vamos al médico. El médico nos manda unas pastillas y nos dice que hagamos ejercicio.

El mismo ejercicio del que antes nos privaron.

El sistema educativo no está pensado para hacerte prosperar en la vida. Está pensado para mantenerte agotado y entretenido.

Y hay una prueba bastante clara.

Piensa en alguna de las personas más ricas del mundo. Jeff Bezos (Amazon), Elon Musk (Tesla), Bill Gates (Microsoft)…Todos tienen hijos. De hecho tienen bastantes.

Ninguno de sus hijos va a la escuela pública.

De hecho, el dueño de Tesla hace años sacó a sus cinco hijos de una de las escuelas más caras y prestigiosas de Los Angeles porque no la consideraba lo bastante buena. Los envió a una escuela creada por él mismo. Una escuela secreta que no tiene web, ni teléfono, ni perfiles en redes sociales, y de la que ni siquiera se conoce una dirección física. Todo lo que se sabe es que en ella no se imparte cursos sino clases diseñadas para potenciar las habilidades de los alumnos. Nada más.

Como ves todo muy transparente.

Y tú (nosotros) con los afluentes del Amazonas y tocando la flauta.

Y repitiendo los mantras de siempre sin pararnos a reflexionar. Que si… «El saber no ocupa lugar»…

¿Cómo no va a ocupar lugar?

El saber es conocimiento. El conocimiento se almacena en tu memoria. ¿Acaso tu memoria es infinita?

Pues si tu memoria no es infinita, el saber SÍ OCUPA LUGAR.

No solo eso.

Tu memoria es como un disco duro en el que grabas información.

Si te dedicas a llenarlo con Netflix, Instagram, chorradas de Youtube o TikTok, estás ocupando su capacidad en cosas que en realidad no te sirven para nada.

Tu memoria se llena.

Tu tiempo se acaba.

Tu cuerpo se agota.

Y tus relaciones personales se resienten.

Tu vida es trabajo. Obligaciones y cansancio. Es una rueda de la que parece imposible salir.

En realidad, salir de la rueda, es más sencillo de lo que parece.

Solo tenemos que liberar tiempo y utlizar nuestra memoria con conocimiento que nos acerque a nuetros objetivos.

No digo que nunca más puedas ver  un video en Youtube.

Ni que la semana que viene te comprarás un Yate.

Solo digo que si usas tu tiempo y tu conocimiento para ocuparte de tu vida, lo notarás.

Y a eso me dedico yo. A liberar tiempo. Y a darte conocimiento para que salgas de la rueda.

OBSERVAR **

Te voy a contar por qué he puesto antes un asterisco a la palabra «observar».

Mi profesora de primero de primaria se dio cuenta que siempre que escribía en la pizarra me levantaba para copiar lo que ella escribía.

Lo hacía siempre. Aunque no hubiera reflejos, aunque no diera el sol, aunque fuera martes y aunque escribiera con letra grande.

Así que avisó a mis padres y me llevaron a un oculista.

Era un tipo alto, antipático. Siempre parecía estar enfadado con la vida y yo no tenía ni la más mínima duda de que odiaba a los niños. Y yo era un niño.

En aquella consulta todo era oscuro. Lo era la iluminación y lo eran las personas que estaban allí.

No me gustaba ir a aquel sitio.

Mi madre decía que era un buen médico, pero para mi era un ser desagradable, siniestro y sin alma.

Estuve yendo a su consulta muchos años y no recuerdo ni un sola gesto de amabilidad. Ni uno solo.

Eran a principios de los 80 y algunos médicos eran así.

Gilipollas.

Y en aquella primera visita, aquel oftalmólogo con cara de sepia, hablaba delante de mí como si yo fuera una mascota incapaz de entender lo que decía.

Yo era pequeño, pero además de saber leer y escribir también era capaz de reconocer a un gilipollas a bastante distancia.

Curiosa paradoja para un miope.

Todavía recuerdo el escalofrío que atravesó todo mi cuerpo como si fuera un cuchillo afilado cuando dijo: «llevará gafas toda la vida».

Cuando tienes 5 años y te dicen que algo (malo) será para toda la vida la sensación es terrible. Sientes frío. El vacío. No sabría explicar por qué pero creo que también sentí miedo.

Fui un niño despistado. Un adolescente despistado. Y un adulto despistado.

Seguramente ser despistado sea mi defecto más llamativo. Siempre pensé que fue por culpa de haber vivido en la penumbra los primeros años de mi vida. Cuando me puse  gafas por primera vez fue como si de repente encendieran las luces en una habitación oscura.

Y esta es una realidad de la que no me siento nada orgulloso, pero es mi realidad.

Pero, como todo en esta vida, tuvo una parte positiva.

Cuando tenía 12 años empecé a practicar artes marciales. Y una de las cosas que se hace en estas disciplinas es pelear. Con reglas. Con deportividad. Con lo que tu quieras, pero te tienes que tortear con tus compañeros. Darte de hostias.

Y aunque en mi disciplina no se permitían los puñetazos a la cara, entrenar con gafas era imposible. Me las tenía que quitar.

Y yo si gafas veía menos que un gato de escayola.

Por eso no veía los golpes de mis compañeros, directamente los sentía.

Literalmente, porque era un deporte de contacto.

Así que si allí recibíamos hostias todos, yo recibía más. Puede parecer un problema y quizá lo fuera al principio. No sé cuantas veces caí. Sería imposible saberlo. Pero si caí 1000 veces, me levanté 1001, eso sí que lo sé.

Aquello era muy duro, pero me gustaba. Sacaba lo mejor de mi. Y además era bueno y lo sabía.

Me puse muy fuerte.

Y mi deficiencia visual tuvo un efecto inesperado. Desarrollé unos reflejos absolutamente increíbles.

Y de la misma manera que crecieron mis reflejos y mi fortaleza (física) creció mi seguridad. Además aprendí una lección muy importante: que cualquier problema se puede transformar en virtud.

Todo es una cuestión de como lo enfoques.

Y yo decidí que no me iba a quejar nunca. Que transformaría las cosas malas en buenas y que convertiría los problemas en oportunidades.

Seguí siendo despistado.

Será un defecto que me acompañe toda mi vida.

Pero hay excepciones.

Cuando me fijo en algo soy capaz de detectar cosas que para otros pasan desapercibidas. Supongo que fijar la atención en pocas cosas facilita tener una visión más completa de las que observas.

Igual que ser miope multiplicó mis reflejos, ser despistado puede haberme hecho darme cuenta de algunas cosas invisibles para los demás.

Y quizá esas cosas puedan interesarte. En este caso, deberías dejarme tu correo, pero eso ya es decisión tuya.

Hay estudios que dicen que en el transcurso de tu vida pasarás 5 años abriendo publicidad enviada por correo, dos años devolviendo llamadas sin conseguirlo y cinco años haciendo cola.

Por eso respeto tu tiempo tanto como el mío. Es nuestro bien más preciado.

Cada día envío envío un audio de WhatsApp  (breve) donde comparto reflexiones y conocimiento para que puedas dedicar tiempo a ganar dinero. 

**Puedes indicar tu país (por ejemplo: España) o el prefijo +34 

Responsable de datos: Jair Barragán. Destino: Lista difusión para WhatsApp. Derechos:Acceso, rectificación, supresión, anonimato, portabilidad y olvido de todos tus datos. Al hacer clic abajo para enviar este formulario, reconoces que la información que proporcionas será procesada de acuerdo con nuestra Política de Privacidad. Puedes tener total tranquilidad, nunca venderemos tus datos a nadie y solo se utilizarán para el fin que se pide. Y por supuesto puedes irte cuando quieras.